Una característica de los micro y pequeños empresarios, de acuerdo a un estudio realizado por el CAM-UDEP, es que son desconfiados, esto se debe a que han sufrido engaños, estafas o robos.
Por Brenda Silupú. 21 marzo, 2019.Es muy común escuchar hablar de cultura organizacional, que incluye hábitos, tradiciones, creencias, valores y toda forma de interrelación entre las personas que participan en una empresa; pero, para que exista esta cultura debe haber confianza. La confianza en las personas se va cultivando a medida que las conocemos y observamos su conducta. Cuando estamos seguros de que una persona actúa correctamente, recién podemos confiar en ella para delegarle y asignarle responsabilidades pues sabemos que no nos defraudará.
Una característica de los micro y pequeños empresarios, de acuerdo a un estudio realizado por el CAM-UDEP, es que son desconfiados. Esto se debe a que han sufrido engaños, estafas o robos, que les han llevado a actuar de esa manera. Esta desconfianza hace que solo realicen actividades operativas (supervisión) en lugar de dirigir sus esfuerzos al desarrollo de actividades estratégicas, como: la búsqueda de clientes, negociaciones con proveedores o en el diseño de nuevos productos y servicios que les permita, más adelante, un crecimiento sostenido en el negocio.
De allí la necesidad e importancia de generar confianza, para que todos los que participan en la mype se enfoquen en cumplir los objetivos que los lleven a un crecimiento personal y empresarial. Así, el dueño del negocio podrá tomar buenas decisiones, sabiendo que puede confiar en sus trabajadores.
Es necesario que cada uno de nosotros pensemos y evaluemos nuestro actuar del día a día, que sepamos qué señales estamos trasmitiendo a nuestro entorno cercano, para que puedan confiar en nosotros. Siempre debemos actuar de manera correcta, en el rol que desempeñamos en la sociedad: proveedores, clientes, trabajadores, estudiantes, hijos, padres, etc. De nosotros depende que podamos generar un clima de confianza organizacional.